Y SIN EMBARGO SE MUEVE


(*)Jesús Alberto Cano Vélez

Tras ocho rondas de complejas negociaciones intentando lograr un nuevo acuerdo del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés), los países miembros: Estados Unidos, México y Canadá, no han logrado ponerse de acuerdo en temas nodales, como la cláusula de caducidad para que cada cinco años se renegocie el Tratado partiendo de cero o la eliminación de paneles para la solución de controversias comerciales.

En un contexto de graduales avances, funcionarios de Estados Unidos le han dicho a México y a Canadá que mediados de mayo es la fecha límite para tener listo un texto sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que pueda ser analizado por el actual Congreso estadunidense. De no realizarse una votación en esas fechas, la expectativa es que el Congreso de Estados Unidos se ocupe del tema hasta después de las elecciones legislativas en ese país, en el mes de noviembre.

México también está consciente de la importancia de las fechas, porque en julio próximo tendremos elecciones federales y locales, renovación del poder ejecutivo y legislativo, y de no discutirse antes de las elecciones un texto aceptable del nuevo TLCAN por parte del Congreso mexicano, igualmente la discusión y votación sobre el nuevo TLCAN tendría que posponerse hasta finales de año, con un alto grado de incertidumbre, dependiendo de quién gane las elecciones.

El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, afirmó que “es cosa de días saber si habrá, o no, TLCAN para México”, reconociendo los pocos avances en la actualización del Acuerdo trilateral en donde México y Washington, tratan de resolver diferencias sobre el asunto clave de la planta automotriz.

El representante de Estados Unidos Robert Lighthizer, si bien ha expresado repetidas veces que quiere un acuerdo rápido, para evitar las complicaciones que generaría un retraso en los ámbitos legislativos de ambos países, no da su brazo a torcer, siguiendo las instrucciones de su jefe, Donald Trump, en el sentido de imponer medidas duras y rudas que no convienen a México.

Desde antes de llegar a la presidencia de Estados Unidos, Trump, manifestó su repudio al TLCAN con México, al que ha considerado sumamente perjudicial para la clase trabajadora de su país; así las cosas, ya como presidente, Trump ha amenazado regularmente con retirarse del TLCAN, generando incertidumbre alrededor del Acuerdo.

Canadá, por su parte, desempeña un papel solidario con México a pesar de que no enfrenta con Estados Unidos problemas tan álgidos como ocurre con México: Migrantes y construcción del muro, tráfico de armas, narcotráfico, etcétera, son algunos de los muchos problemas que vuelven tóxica nuestra frontera con EE. UU.
Más allá del resultado final en la renegociación del TLCAN, es importante reconocer el cabal desempeño y compromiso con México de los negociadores a cargo, que no han cedido a las presiones políticas de Donald Trump.  Por eso están de nuevo en casa sin TLCAN, sin olvidar que el juego no termina, hasta que termina

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